“Ahora bien, mi casa es la última de Cantalao, y está frente al mar estrepitoso, encajonado contra los cerros”. Así comienza “El habitante y su esperanza”, la novela breve que Neruda escribió entre 1925 y 1926, donde el poeta funda este territorio mítico de rompientes de olas y vientos que surgen desde el océano, y que corresponde a Puerto Saavedra. Muchos años después, este paisaje volvió a materializarse ante sus ojos: lo encontró en los acantilados cercanos a Isla Negra.
Asía, es su breve obra realizada, encontrando le contra contexto de sus vientos, el baile de sus movimientos. Fue aquí donde experimentamos el viento, nuestro siguiente fenómeno, buscando varios tipos de vientos situados en la cumbre d ela playa, en sus olas, o en le choque en las rocas.
En esta ocasión, la tarea fue encontrar una hipótesis en este lugar, en la que plantearíamos en que consiste y presentarla en Laboratorio. Además hubo una experimentación con el viento, el que trataba de colocar una bengala y ver el flujo de viento que circulaba por una casa que había, dándonos cuenta que este iba de manera laminar al contorno de ella.
A continuación mostraré el experimento con la bengala.
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